lunes

CAMINOS

Mucho, mucho tiempo sin escribir por aquí, así que empezare desde lo mas relevante.

El año pasado casi a principios llegue a un punto de inflexión en mi vida. Lo malo de estas situaciones no es que lleguen ni siquiera tomar decisiones para salir de esta, el punto clave es afrontar estas decisiones. Aun no creo ser capaz de abrirme con alguien ni siquiera con el limbo del internet para compartir que exactamente fue lo que me hizo llegar hasta ese extremo. Solo diré que un día desperté sin el mas mínimo interés por ver la noche. Supongo que me encontraba tan lleno que un desborde era inevitable y es que despertarse cada día esperando a que llegue la noche y empezar la semana deseando que avance lo suficientemente rápido para soportarla.

En ese precisó momento mi mente albergaba un solo pensamiento..... irme!, ¿a donde?, a donde fuera, no importaba así que en un solo día hice lo posible por juntar todo lo necesario para hacer eso posible. llegada la noche ya contaba con un pasaporte renovado, dinero suficiente para darle la vuelta al mundo y equipo para hacerlo caminando de ser necesario, empaque todo con extremo cuidado, limpie mi departamento y cerré la puerta detrás de mi.

El destino era incierto así como el tiempo que me llevaría estar en paz conmigo mismo. Lo único cierto era que si no lo hacia, si me quedaba y seguía sin hacer algo nada bueno saldría de eso. Unas horas despues estaba en una central de camiones, y en mi mente estaba el mar, dicen por ahí que todas las almas que necesitan sanar van en busca de agua, como si el destino estuviera grabado bajo instinto de supervivencia -cuando todo se desmorona, regresa a tu origen- y bien si yo no nací en el mar tambien es cierto que en la quietud de un lago mis pensamientos encuentran un lugar para volver a nacer y en la furia de un mar embravecido mi locura tiene suficiente espacio para disolverse sin destruir todo a su paso.

Así que playa será pensé, y playa fue. Estuve ahí solo lo necesario para vaciarme y una vez vació hubo la necesidad de llenarme de nuevo. Esto nunca trató de un epitafio o una despedida, fue volverme a encontrar.
Ya se que suena bastante estúpido viajar al otro lado del mundo para encontrarse cuando lo único necesario era verse al espejo, pero que haces cuando no reconoces tu propio reflejo, cuando en tus ojos ya no te encuentras. Describir lo que hice en tantos días y meses no es mi intención, solo recordarme lo que aprendí. Que del abismo mas profundo siempre se puede salir si en la inmensidad de la oscuridad que nos abruma podemos dislumbrar un poco de luz, seguramente no la suficiente para iluminar nuestra alma, pero la necesaria para volver a encontrar el camino.

Y como se regresa de algo así, pues de la misma manera en la que se parte, simplemente un día despiertas y te das cuenta que ya no hay necesidad de seguir caminando

No hay comentarios:

Publicar un comentario