Es obvio, pero conviene recordarlo: no se puede tenerlo todo. En la vida hay que elegir, hacer sacrificios, apostarle a algo. No siempre somos conscientes de ello, pero todo el tiempo tomamos decisiones que cambian nuestra vida para bien o para mal, mucho o poco
Y eso aplica para todo, incluso para el amor. Por eso la fidelidad y el matrimonio no me parecen ideas tan descabelladas. Porque son exactamente como todas las demás cosas en nuestra vida: una elección, una apuesta, un compromiso. Es sacrificar cosas que no consideramos tan importantes por algo que creemos que vale realmente la pena. Es dejar ir esa propuesta de trabajo y jugártela todo por el viaje
Todavía no encuentro a una mujer por la que me nazca hacer algo así, ni sé si la encontraré. Tampoco sé si mis ojos por fin podrán ver esa isla en medio del pacífico. Pero de algo sí estoy seguro: si hago ese viaje, y si encuentro a esa mujer, será un placer no tenerlo todo
PD: No me gustan los puntos finales porque me saben tan definitivos