miércoles

Carta a mis hijos

Pensé que estudiarías otra carrera, una de verdad y no esa por más que te haga feliz, pensé que serías más alto
mejor persona, más valiente y menos tímida, más audaz que el resto, menos ínfima

Cuántas veces has oído que no puedes, que no debes, si no prefieres mejor esto a lo que tienes, que se baje el mundo de este tren y no tú, porque este tren es sólo tuyo

A mis futuros hijos les diré que estudien sobre todo, la manera de ser fieles a sí mismos, les diré que se equivoquen, que rectifiquen, que a veces para aprender a perdonar, es necesario sentir el perdón primero

Les diré que les hicimos un corazón con alas, que un día alguien se las romperá  y que no pasa nada, que todo pasa, que no tengan miedo a llorar porque somos agua, que el Amor es la única religión que acepta a quien quieras amar les diré que escuchen con atención y que aprendan a callar, que el silencio es un lenguaje que pocos saben apreciar

Les hablaré de ti, y de ti, y de ti, porque tienen que saber que antes de la calma hubo tormenta y que hasta las peores épocas hacen de uno lo que uno es, que no se arrepientan ni siquiera de no haberlo intentado, porque no haberlo intentado sirve para darse cuenta de que no sirve de nada no intentarlo, y por tanto tiene también su utilidad

Que habrá días que se sientan solos, que solos tendrán que aprender a quererse porque sólo el amor propio te hace valorar el amor ajeno

Que cierren los ojos e imaginen otros mundos, que vean la ignorancia del que juzga y se cree superior, que ningún color de piel se escapa de la gama del ser humano, que ninguna condición sexual, ideología o raza es mejor que otra y que la condena del que no ve más allá es ser portador de esa misma ceguera

Les diré que yo también tuve su edad y conocí el rechazo, les diré que salten, que pinten, que lean y que bailen como bailan sus padres. Les diré que cuando la conocí vi un océano en su piel y que ellos son el fruto de nadar por ella, de nadar con ella, les diré que ya los queríamos antes de que nacieran y que del mismo modo les seguiremos queriendo cuando ya no estemos

Les diré que son nuestro legado, que sólo quien te quiere te quiere libre, que el orgullo es un disfraz que espero que no hereden y que no guarden rencor porque un día necesitarán espacio y si bien lo malo ocupa lugar lo bueno crea habitaciones nuevas en el pecho

Les diré que un día escribí esta carta porque la noche anterior vi a su madre dormir y le besé la tripa y en ese beso les decía esto, sé que faltan años para conocernos, pero de algún modo... ya los queremos