El viernes pasado sufrí uno de los mindfucks más impresionantes de mi vida.
Después de salir del banco, mientras caminaba por el estacionamiento, a mi derecha vi un Vectra detenido afuera de un cajón. Dentro estaba una vieja que empezó a hacer señas hacia donde me encontraba. Yo, como en película, miré hacia todos lados y luego me señalé con el gesto universal que significa: “¿Yo?”
A señas también, la vieja dijo que sí y que me acercara. Caminé y me paré a su lado, esperando que bajara la ventanilla. En lugar de esto, abrió la puerta completamente y señaló hacia la palanca de cambios; luego, con una seguridad y confianza en si misma que aún me da escalofríos de solo recordarla, dijo:
—Tú me vas a enseñar a manejar un automático.
A lo que yo, con esa entereza y carácter que me caracterizan, respondí con un tajante y contundente:
—¿Eh?
Luego ella, asumiendo no muy erróneamente que yo tenia 6 años, señaló sus pies, uno de los cuales estaba en el pedal de freno y el otro sobre el acelerador y dijo:
—Ya sé que este es el freno y este el acelerador ¿Ahora como hago para que avance?
Yo, ahora con más fuerza y determinación, respondí:
—¿Uh?
Ella, sin amedrentarse ante mi actitud retadora, volvió a la carga:
—Sí, ya sé que esta –señaló la palanca- es la reversa, ¿Pero como le hago para que se mueva para adelante?
Ni siquiera parpadee cuando valientemente respondí:
—Ehh…baje la palanca a la D, eso significa Drive…
—Ahhh, ¡Muchas gracias!
E inmediatamente cerró la puerta y aceleró, saliendo del estacionamiento e incorporándose a una vialidad mayor.
No quiero imaginar lo que sucedió después. Hay cosas que el ser humano no debe conocer
Pero apuesto que fue algo así.
Después de salir del banco, mientras caminaba por el estacionamiento, a mi derecha vi un Vectra detenido afuera de un cajón. Dentro estaba una vieja que empezó a hacer señas hacia donde me encontraba. Yo, como en película, miré hacia todos lados y luego me señalé con el gesto universal que significa: “¿Yo?”
A señas también, la vieja dijo que sí y que me acercara. Caminé y me paré a su lado, esperando que bajara la ventanilla. En lugar de esto, abrió la puerta completamente y señaló hacia la palanca de cambios; luego, con una seguridad y confianza en si misma que aún me da escalofríos de solo recordarla, dijo:
—Tú me vas a enseñar a manejar un automático.
A lo que yo, con esa entereza y carácter que me caracterizan, respondí con un tajante y contundente:
—¿Eh?
Luego ella, asumiendo no muy erróneamente que yo tenia 6 años, señaló sus pies, uno de los cuales estaba en el pedal de freno y el otro sobre el acelerador y dijo:
—Ya sé que este es el freno y este el acelerador ¿Ahora como hago para que avance?
Yo, ahora con más fuerza y determinación, respondí:
—¿Uh?
Ella, sin amedrentarse ante mi actitud retadora, volvió a la carga:
—Sí, ya sé que esta –señaló la palanca- es la reversa, ¿Pero como le hago para que se mueva para adelante?
Ni siquiera parpadee cuando valientemente respondí:
—Ehh…baje la palanca a la D, eso significa Drive…
—Ahhh, ¡Muchas gracias!
E inmediatamente cerró la puerta y aceleró, saliendo del estacionamiento e incorporándose a una vialidad mayor.
No quiero imaginar lo que sucedió después. Hay cosas que el ser humano no debe conocer
Pero apuesto que fue algo así.
El mundo esta mal, mal.
Jajajajaja me has robado semejante carcajada....cuando una persona se siente a gusto consigo misma, salen a flote estos pequeños y provocadores chascarrillos!!!
ResponderEliminarExcelente dia y Feliz año!!!!!!!!!!!!!!!!!! te mando un mega abrazo
=)
GRACIAS BONITO AÑO TAMBIEN
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