lunes

TIEMPO AL TIEMPO


Alas y un sitio junto al mar, dice la canción. Y una corriente de aire para dejarme llevar.
No estoy acostumbrado a volar. No metafóricamente. Me siento en una tierra extraña, en un lugar donde ni siquiera puedo aterrizar y todo son nubes.
Esa sensación de estar saltando y quedarte sin aliento. La de sentirte inseguro y todo el tiempo querer correr hacia el lado contrario.
Quiero. Siento. Muero. Espero. Espero y quiero.
Aunque no tenga mucho sentido.
Ritmo. Paso. Ritmo. Paso. Vida.
Escribir con el estómago. Contenerse entre los dedos. Borrarlo todo. Contar el tiempo, juntar los montoncitos de cambio que sobraron de los otras relaciones, hacer cuentas rápidas, creer por un momento que sí, que sí te alcanza para volverlo a intentar. Detenerte de nuevo y pensar que sería mejor ahorrar para la soledad, para lo que sea que venga aunque no venga nada.
Arrancar la metáfora del cuaderno, arrugarla y aventarla al cesto de basura… al lado de todo lo que ya no quieres pagar.
Advertir el viento. Los nervios en la mandíbula. Vencerse. Cerrar ojos, miedos y poros. Caer y prepararse para las consecuencias.

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